La mesa redonda celebrada en el I Congreso de Bandas de la Comunidad de Madrid abordó un tema fundamental para el futuro de las bandas de música: el papel de las escuelas de música en su formación y desarrollo. Diversos expertos compartieron sus experiencias y puntos de vista sobre cómo las escuelas contribuyen a la creación de músicos y a la sostenibilidad de las bandas. El moderador, David Val, secretario de la Federación de Bandas, facilitó el debate y permitió a los participantes expresar sus ideas.
Participantes:
- Susana de Francisco – Presidenta de la Banda de Música de Colmenar Viejo
- Juan Pedro Álvarez – Presidente de La Lira de Pozuelo
- Ángel Hernández – Director de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla
- Alberto Duro – Director de Endomusica
- Antonio Domingo – Pedagogo, luthier educativo en la Escuela Musicamos de Ávila y profesor de percusión en Musikene
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El núcleo de las bandas: las escuelas de música
Juan Pedro Álvarez, presidente de La Lira de Pozuelo, subrayó en su primera intervención la importancia de las escuelas como el núcleo de las bandas. Argumentó que para que una banda funcione, necesita una base educativa sólida. Sin una escuela que forme a los niños, sería imposible que estos se integraran en una banda. Según Juan Pedro, los niños necesitan alrededor de tres años de formación antes de unirse a la banda juvenil y, finalmente, a la banda principal.
Obviamente, esto no es algo que pueda darse en todas las bandas porque tienen pocos alumnos y menos capacidad a la hora de gestionar dos bandas (juvenil y titular), por eso hay otros métodos como ir integrándolos poco a poco en las bandas titulares, primero en conciertos más sencillos o con adaptación de partituras hasta que puedan coger el ritmo del resto.
La experiencia de Yecla: una evolución educativa
Ángel Hernández, director de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, explicó cómo esta escuela evolucionó desde un enfoque centrado exclusivamente en formar músicos para la banda hacia un modelo más amplio.
Con más de 800 alumnos, en Yecla, la educación musical se ha convertido en una parte integral de la sociedad, ofreciendo una amplia gama de especialidades en respuesta a la demanda local y que trasciende a la banda en sí. De hecho, para Ángel, la banda ya no es el objetivo principal, sino una consecuencia natural de la educación musical. Y es que en esta escuela se puede estudiar desde música moderna a coro, arpa o combo.
La educación como esencia del ser humano
Antonio Domingo, pedagogo y profesor de percusión en Musikene, destacó en esta introducción la importancia del aprendizaje como esencia del ser humano. Para él, las bandas son ejemplos perfectos de cómo el aprendizaje y la educación musical pueden contribuir a la comunidad. Argumentó que el arte y la música solo pueden existir a través de la educación y el aprendizaje, y que las bandas de música son una forma maravillosa de compartir el arte con la sociedad.
Las actividades formativas de Colmenar Viejo
Susana de Francisco, presidenta de la Banda de Música de Colmenar Viejo, habló de las actividades formativas que su banda ofrece de manera independiente a la escuela de música municipal. Estas actividades son cruciales para crear una cantera de músicos y desarrollar una mentalidad de banda entre los estudiantes. En su opinión, la formación específica para tocar en la banda es fundamental para asegurar su continuidad.
El proyecto de Endomusica
Alberto Duro, director de Endomusica, describió su modelo de gestión de escuelas municipales de música, danza y teatro. Su enfoque se basa en estructurar un proyecto adaptado a cada municipio, creando un apoyo social organizado que permita la sostenibilidad a largo plazo. Para Alberto, es crucial que todos los participantes en el proyecto cultural educativo remen en la misma dirección.
Este primer bloque introductorio concluyó con un consenso claro: las escuelas de música son fundamentales para la formación y el desarrollo de las bandas. A través de la educación, se pueden formar músicos y crear un vínculo con el municipio, asegurando así la continuidad y el crecimiento de las bandas. Cada participante aportó una perspectiva única, pero todos coincidieron en que sin educación musical, no hay futuro para las bandas.
Relaciones complejas entre escuelas y bandas
El moderador, David Val, continuó el debate planteando un problema común en la Comunidad de Madrid: la mala relación entre muchas bandas y las escuelas municipales de música. En muchas localidades, las bandas no tienen los recursos para mantener una escuela propia y dependen de las escuelas municipales, pero esta relación suele ser conflictiva.
Juan Pedro Álvarez, presidente de La Lira de Pozuelo, ilustró este punto con su experiencia en Pozuelo. Aunque la escuela de música local es grande y bien equipada, la relación con la banda es tensa debido a ciertos profesores que no muestran interés en colaborar. Álvarez fue claro al señalar que si un niño no está motivado a tocar en una banda, perderá el interés rápidamente.
Susana de Francisco, presidenta de la Banda de Música de Colmenar Viejo, señaló que aunque su banda tiene una relación cordial con la escuela municipal, muchas familias llevan a sus hijos allí para aprender instrumentos que la banda no ofrece, como el violín o el piano. Sin embargo, su banda ha logrado atraer a algunos de estos estudiantes, creando un vínculo entre la escuela municipal y la banda.
La cooperación es clave
Por su parte, Alberto Duro, director de Endomusica, destacó que la cooperación es clave para el éxito de las bandas y las escuelas. En su experiencia, generar un plan estratégico en el que todos remen en la misma dirección es crucial para crear un proyecto sostenible. Su empresa se especializa en gestionar escuelas de música, y en su opinión, la falta de colaboración debilita los proyectos musicales.
Antonio Domingo afirmó por su parte que el verdadero problema en la relación entre escuelas y bandas no es la música, sino los egos de las personas al frente de estas instituciones. Según él, la música que se genera en las escuelas y en las bandas es arte para el municipio, y no hay razón para que compitan entre sí. Si los dirigentes o los gestores no pueden o no saben cooperar, deberían ser reemplazados.
El debate también abordó problemas de gestión y burocracia. Algunos panelistas señalaron que muchos conflictos se deben a problemas de egos o a funcionarios que no están dispuestos a colaborar porque eso, a veces, les supone un trabajo extra queno quieren afrontar.
En conclusión, aunque existen conflictos, los ponentes estuvieron de acuerdo en que el objetivo principal debe ser generar cultura y promover la música en los municipios. La colaboración y la coordinación son esenciales para crear proyectos sostenibles que beneficien a las comunidades locales.
Evolución de las bandas y escuelas de música
El moderador introdujo el tema de las bandas que están en una fase temprana de desarrollo, donde un maestro voluntario hace todo lo que puede.
Ángel Hernández destacó que la responsabilidad de los educadores en las escuelas de música no es solo enseñar a tocar un instrumento, sino también educar a las personas. Es crucial que los profesores tengan clara esta responsabilidad y que las escuelas planifiquen con objetivos claros para la educación integral de los estudiantes. Y es que, en su opinión, la planificación es una clave importante para el éxito de las escuelas de música y las bandas.
No podemos obviar que muchas sociedades musicales están en manos de personas que trabajan de manera altruista, enfrentándose a retos con los ayuntamientos y otras entidades. El compromiso de estas personas es fundamental para el funcionamiento de las escuelas de música y las bandas. Pero también deben estar formadas y preparadas para dialogar con políticos y funcionarios. «Esto requiere de trabajo, tesón y una buena planificación».
Aun así, a pesar de las dificultades, cree que es posible alcanzar acuerdos y trabajar en conjunto, siempre que se deje el ego de lado y se enfoque en el bien común.
Y muy importante también es la formación de los profesores, muchos de los cuales son antiguos alumnos de las propias mismas escuelas de música. Esto crea un ciclo continuo de aprendizaje y enseñanza que beneficia a las escuelas y motiva a los músicos.
La cultura musical y el patito feo
Susana de Francisco, presidenta de la Banda de Música de Colmenar Viejo, expresó que en la Comunidad de Madrid falta conocimiento y apreciación por la cultura musical. Señaló que aprender a tocar un instrumento no es solo una habilidad, sino que conlleva aprendizaje en empatía, respeto y otros valores importantes. Según Susana, esta falta de cultura musical contribuye a que las bandas sean vistas como el «patito feo».
Juan Pedro Álvarez, presidente de La Lira de Pozuelo, fue más directo al afirmar que las bandas en la Comunidad de Madrid no reciben el apoyo que necesitan. Comparó la situación con otras regiones de España, donde las bandas reciben mucho más apoyo. Juan Pedro destacó que las bandas están malviviendo, y que su financiación proviene principalmente de cuotas de socios y apoyo de los ayuntamientos, pero no de la comunidad autónoma.
¿Vivir de subvenciones?
El debate se volvió más acalorado cuando Vicente Cerdá, presidente de la Confederación de Bandas, señaló que las bandas quieren vivir de las subvenciones y que eso no es viable. Juan Pedro Álvarez respondió que las bandas no quieren vivir de subvenciones, sino recibir el mismo apoyo que otras actividades culturales o deportivas. «Yo no sé en la Confederación, pero ¿qué bandas viven en Madrid de las subvenciones?», se preguntó Álvarez.
Como mucho, malviven en base a acuerdos muy pobres con sus ayuntamientos. Y las reuniones con la Comunidad de Madrid son, cuanto menos frustrantes. «Presentas proyectos y como mucho te dicen… ya veremos», añadió. Y es que «se apoya a los toros, se apoya al fútbol, se apoya al golf… y luego a las bandas de música se las repudia», concluye. «Sólo digo que necesitamos ayuda. Porque si hay dinero todo funciona mejor», remarcó.
Por su parte, Alberto Duro, director de Endomusica, intervino para señalar que la música y la cultura no deberían ser vistas como una carga, sino como una parte vital del tejido social. «Ahora mismo hay personas formadas con recursos y herramientas que pueden dirigir los proyectos de una forma mucho más actualizada», remarca.
A lo que Juan Pedro añadió: «En una escuela como la de La Lira tenemos 23 profesionales asalariados. Cuando empiezas a pagar las nóminas te da hasta miedo, ¿de dónde saco el dinero? ¿De apretar al niño su cuota? Van a dejar de ir a clase», explica.
Aun así, Alberto Duro destacó que la cultura y la educación son caras y que la sociedad debe aprender a valorar y pagar por ellas. Según él, el modelo de financiación debe ser claro, y la comunidad, el ayuntamiento o las familias deben entender que la educación musical tiene un precio. «Es importante que los padres sepan quién paga qué y si el ayuntamiento financia una parte de esa formación, que lo tengan también muy claro para poder valorarlo», reconoce.
Neurociencia y nuevas metodologías
Antonio Domingo destacó que el aprendizaje efectivo solo se produce si hay una activación emocional. Esto significa que el proceso educativo debe involucrar a los estudiantes emocionalmente para que realmente aprendan. Según Domingo, «si no hay activación emocional, el aprendizaje no se produce». Esta perspectiva se basa en la neurociencia y su comprensión de cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje.
En su opinión, existe una necesidad de enfoque holístico en la educación musical. Señaló que, además del conocimiento cognitivo, la educación debe enfocarse en saber hacer, saber ser y saber estar. Estos cuatro «saberes» son fundamentales para el desarrollo de los estudiantes como músicos y como personas.
Antonio Domingo, describió a las bandas como «tribus» donde los miembros aprenden y comparten. En estas tribus, no hay lugar para los egos, y los solistas deben trabajar en equipo. Este enfoque inclusivo y comunitario es una característica única de las bandas de música, que las distingue de otras actividades y espacios. También subrayó que las bandas son imprescindibles para los jóvenes y para sus municipios. «En una era de oferta cultural abundante, las bandas se destacan por ser espacios donde todos ganan y nadie pierde. Esto contrasta con otras actividades competitivas, como el fútbol», donde unos ganan y otros pierden.», explica Antonio.
El pedagogo también profundizó en que hay que contar la historia de las bandas y su valor en la sociedad. «Hay que contarlo. Es necesario tener un plan de redes y un plan de renovación para mantener la relevancia de las bandas en la sociedad», relata.
La conexión con los jóvenes en la era digital
El debate abordó cómo las bandas pueden motivar a los jóvenes en una era digital donde las relaciones son virtuales y la atención es fragmentada. Pero quiso dejar claro que los jóvenes no son culpables de su comportamiento, sino que son el resultado de la sociedad y las condiciones en las que viven. «Para motivar a los jóvenes, es necesario comprenderlos y ofrecerles una realidad atractiva y relevante», explicó.
Alberto Duro y Ángel Hernández, por su parte, destacaron que los jóvenes de hoy tienen una conciencia social más profunda y se relacionan de manera diferente. Ambos defendieron a los jóvenes, señalando que se les debe dar un motivo y una acción para que se sientan parte de la banda y se motiven.
El debate también abordó la diversidad de motivaciones y objetivos dentro de las bandas. Juan Pedro Álvarez defendió la necesidad de tener proyectos y motivaciones variadas para mantener a los jóvenes interesados, mientras que Ángel Hernández destacó que algunas personas disfrutan de las procesiones, otras de los certámenes, y otras simplemente de ensayar. Todos coincidieron en que las bandas deben comprender y respetar estas diferentes motivaciones, y que el objetivo siempre debe ser beneficiar a la sociedad y el entorno.
Cómo motivar al alumnado
La clave para motivar al alumnado, según Antonio Domingo es combinar emoción, motivación, atención y sistemas de aprendizaje efectivos. La atención es un recurso valioso pero efímero, y él lo demostró con un sencillo ejercicio en el que pocos participantes pudieron coordinarse para dar una palmada a la vez.
Antonio Domingo enfatizó que los niños repiten una actividad cuando reciben dopamina y serotonina, pero la abandonan cuando reciben cortisol. La clave es entender cómo se sienten los estudiantes y trabajar en crear experiencias positivas para ellos. Alberto Duro agregó que los padres que llevan a sus hijos a actividades musicales, incluso si lo hacen como una actividad extracurricular, deben ser bienvenidos, ya que ofrecen la oportunidad de mostrarles a los niños y a sus padres los beneficios de la música.
El papel de las bandas y conservatorios
El tema de las bandas de música frente a los conservatorios fue otro punto de debate. Juan Pedro Álvarez y otros participantes coincidieron en que los niños deberían comenzar su formación en una escuela de música antes de pasar a un conservatorio, ya que las escuelas de música son inclusivas y no tienen procesos de selección.
Antonio Domingo destacó que las bandas de música son el ejemplo perfecto de inclusión, ya que todos los perfiles sociales están representados en ellas. Susana de Francisco enfatizó que el objetivo de las bandas de música no es formar profesionales, sino que los estudiantes disfruten y, si quieren, se les apoye para seguir una carrera en la música.
Formación y motivación
El debate concluyó de nuevo con la importancia de la formación del profesorado y de mantener a los estudiantes motivados. Los participantes coincidieron en que los profesores deben estar motivados para poder inspirar a sus estudiantes. Alberto Duro argumentó que la motivación se crea en el ensayo diario, donde los estudiantes disfrutan de la música y comprenden el objetivo de lo que están haciendo.
La mesa redonda cerró el congreso con una nota optimista, destacando la importancia de la motivación, la inclusión y la pasión por la música. Los participantes resaltaron que las bandas de música y las escuelas de música son vitales para la cultura y el arte, y que su objetivo principal es beneficiar a la sociedad y el entorno.
